Se atribuye a Napoleón la frase
dejad que China duerma, cuando China despierte... el mundo temblará.
Si el despertar de China se ha venido produciendo desde la Revolución,
su impacto en el mundo no se produjo decisivamente hasta finales del
siglo XX, y bajo criterios muy distintos a los del
maoísmo. La República Popular venía transformándose desde el proceso a la denominada
banda de los cuatro que siguió a la muerte de
Mao Tsé-Tung (
1976). Se produjo una apertura en el régimen comunista chino, que bajo el liderazgo de
Deng Xiaoping y su política de
un país, dos sistemas, intentó la empresa de generar una
economía de mercado
sin sacrificar el régimen político comunista de partido único, cuyo
carácter totalitario quedó evidenciado con la represión de las
protestas de la Plaza de Tian'anmen de 1989.
El continuado crecimiento económico ha convertido a China en una
potencia de cada vez mayor importancia. Los productos chinos cada vez
tienen mayor presencia en el comercio internacional, así como sus
inversiones, orientadas sobre todo a la búsqueda de materias primas y
recursos energéticos por todo el mundo; aunque su papel en el sistema
financiero y monetario internacional es mucho menor. La tecnología china
ha permitido colocar en órbita a su propio
taikonauta
(2003). El alcance de su creciente capacidad militar es una incógnita
que aún no ha sido puesta a prueba, pero su presencia en el concierto
internacional quedó evidenciada de forma clara desde la recuperación de
Hong Kong (1997) y
Macao (1999).
No hay comentarios:
Publicar un comentario