viernes, 25 de octubre de 2013

Nacionalismos de Extrema Derecha o CARISMÁTICO.




Se basan en un concepto propio de nación en torno a la figura del líder carismático.
Se desarrollan en el período de entreguerras, y se trata de la conjugación de los aspectos más radicales de los nacionalismos Liberal y Romántico; de manera que llegamos a una situación en la que el Estado (liberal) se convierte en un ente absoluto y ahistórico, cuando los anteriores lo consideraban una creación del ser humano en un momento determinado de la historia europea. Así, el Estado sería un “ser en sí mismo”, encargado de llevar al cumplimiento del Destino Histórico a cada pueblo.
Esto se conjuga con una visión del Estado como antiliberal, es decir, Estado Autoritario que no es representativo, parlamentario ni democrático.
Este nacionalismo no es racional, sino más bien una cuestión de fe en que el destino histórico de la nación se puede cumplir poniendo al frente de ella a un líder capaz de hacerlo, con poder ilimitado cedido por el Estado, y que posee la capacidad sobrenatural de entender, conocer e interpretar correctamente el alma de pueblo, lo cual lo convierte en un ser intocable (caudillo, duce, furor).
La garantía de que este líder “acierte” en su interpretación popular reside en que no contempla diferencias de clase, pues de haberlas, el nacionalismo las eliminaría.
·         Pasada la II Guerra Mundial, y con la apertura del proceso de descolonización que provoca el “nacimiento” de un enorme número de nuevas naciones, surgen otras dos corrientes de pensamiento en torno a la problemática nacionalista:
·  El Funcionalismo (como ideología “oficial” del mundo occidental en los años 60).
Debido al descrédito que sufre el marxismo, esta corriente sociológica/politológica hace su propio análisis del nacionalismo; y así, desde la izquierda, se le hacen aportaciones que cuestionan algunos de los proyectos marxistas desprestigiados.
El funcionalismo caracteriza al nacionalismo como una ideología basada en:
·  El Difusionismo:
El pensamiento funcionalista ve el nacionalismo como un producto europeo que se transmite luego al resto del mundo.
·  La Integración:
El pensamiento funcionalista afirma que los nacionalismos son un sentimiento político que procura cohesión social a una determinada comunidad política; y desde este punto de vista, valoran positivamente al nacionalismo, pues la cohesión nacional supone menor conflictividad y mayor estabilidad política del Estado (esto es contrario a la visión de la lucha de clases del marxismo).
Así pues, la mayor parte de los funcionalistas no creen en el nacionalismo pero lo consideran útil.
·  El Elitismo:
El nacionalismo es elitista, pero no en un sentido peyorativo. Los nacionalismos son un producto de una serie de intelectuales con el objetivo de dar mayor cohesión social a su comunidad.
Así pues, en contra del nacionalismo romántico, el funcionalismo no cree que la nación sea un ente preexistente al hombre, sino un invento intelectual del mismo hombre.
En conclusión, según el pensamiento funcionalista, el funcionalismo es básico para el proceso de modernización social (al que todos aspiramos), porque facilita, gracias a la cohesión social, la estabilidad política de los Estados y su consolidación en el “modelo de vida norteamericano”.
Este es, en la actualidad, el discurso del Neoliberalismo.
·  El Nacionalismo Tercermundista.
Es un nacionalismo vinculado a posiciones de izquierda y con implicaciones políticas tangibles.
Es un modelo distinto de los que hemos visto.
Surge y arraiga en los países del Tercer Mundo, al contrario que los anteriores, que eran productos europeos; aunque sí contiene influencias de nacionalismos anteriores.
Hay que entenderlo como una represalia contra occidente tras la etapa imperialista hasta la II Guerra Mundial, y no como la exaltación de las señas de identidad propias de la comunidad; es un nacionalismo “hacia fuera” (antiimperialista) que refleja una situación común a todos los países descolonizados, y que propugna la creación de:
·  Un nuevo modelo económico que no se base en la explotación de unos a otros.
·  Libertad cultural frente a la imposición sufrida desde la metrópoli en temas de educación, idioma, tradiciones, etc.
·  Autogobierno; un modelo de Gobierno que represente a la nueva nación.
Es, en definitiva, un nacionalismo basado en luchar contra los patrones políticos, económicos y culturales explotadores.

No hay comentarios:

Publicar un comentario