Sus
inicios se remontan a la época de la Revolución Francesa y los discursos de
François Noel Babeuf, el término comenzó a ser utilizado de forma habitual en
la primera mitad del siglo XIX por los intelectuales radicales, que se
consideraban los verdaderos herederos de la Ilustración tras comprobar los
efectos sociales que trajo consigo la Revolución Industrial. Entre sus primeros
teóricos se encontraban el aristócrata francés conde de Saint-Simón, Charles
Fourier y el empresario británico y doctrinario utópico Robert Owen. Como otros
pensadores, se oponían al capitalismo por razones éticas y prácticas. Según
ellos, el capitalismo constituía una injusticia: explotaba a los trabajadores,
los degradaba, transformándolos en máquinas o bestias, y permitía a los ricos
incrementar sus rentas y fortunas aún más mientras los trabajadores se hundían
en la miseria. Mantenían también que el capitalismo era un sistema ineficaz e
irracional para desarrollar las fuerzas productivas de la sociedad, que
atravesaba crisis cíclicas causadas por periodos de superproducción o escasez
de consumo, no proporcionaba trabajo a toda la población (con lo que permitía
que los recursos humanos no fueran aprovechados o quedaran infrautilizados) y
generaba lujos, en vez de satisfacer necesidades. El socialismo suponía una
reacción al extremado valor que el liberalismo concedía a los logros
individuales y a los derechos privados, a expensas del bienestar colectivo.
Sin
embargo, era también un descendiente directo de los ideales del liberalismo
político y económico. Los socialistas compartían con los liberales el
compromiso con la idea de progreso y la abolición de los privilegios
aristocráticos aunque, a diferencia de ellos, denunciaban al liberalismo por
considerarlo una fachada tras la que la avaricia capitalista podía florecer sin
obstáculos.
Definición: Término
que, desde principios del siglo XIX, designa aquellas teorías y acciones
políticas que defienden un sistema económico y político basado en la
socialización de los sistemas de producción y en el control estatal (parcial o
completo) de los sectores económicos, lo que se oponía frontalmente a los
principios del capitalismo. Aunque el objetivo final de los socialistas era
establecer una sociedad comunista o sin clases, se han centrado cada vez más en
reformas sociales realizadas en el seno del capitalismo. A medida que el
movimiento evolucionó y creció, el concepto de socialismo fue adquiriendo
diversos significados en función del lugar y la época donde arraigara.
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