Schopenhauer
es el primero de los irracionalistas del siglo XIX. En el año 1820 fue
habilitado como profesor en Berlín ejerciendo como docente privado durante un
breve período de tiempo, pero sus cursos fueron un rotundo fracaso ya que los
anunció a la misma hora que Hegel por el que sentía un verdadero desprecio.
Finalmente se retiraría de la universidad, hacia la cual manifestó siempre una
cierta hostilidad como consecuencia de su fracaso académico. Sólo al final de
su vida llegaría el reconocimiento a su labor ostentando una fama con la que
jamás pudo soñar.
Sus
obras más importantes son: El
mundo como voluntad y representación y Parerga y Paralipómenos.
También cabe destacar El
fundamento de la moral y Sobre la libertad de la voluntad.
Schopenhauer
parte, como Kant, de la distinción entre la cosa en sí y el fenómeno. La
voluntad es el principio y la esencia del mundo y no se encuentra sujeta a
nada; en consecuencia, es absolutamente libre, omnipotente e irracional.
Además, la voluntad no tiene objeto ni finalidad: quiere por querer, la
consecuencia de este incesante querer que sólo se detiene con la muerte es la
angustia y el dolor; por eso, el deseo es por su naturaleza doloroso y la
felicidad tiene siempre un carácter negativo ya que representa simplemente la
supresión del dolor o de la necesidad. También el concepto de libertad es
negativo ya que supone la negación de la necesidad. De ahí que la única forma
de poner término al dolor sea la supresión de la voluntad, de modo que lo único
que queda es la nada. La liberación por tanto, sólo se logra a través de un
ascetismo religioso que Schopenhauer siempre predicó, pero que nunca cumplió.
El
pesimismo que profesa Schopenhau.er en su visión del mundo se proyecta
igualmente en su concepción del Derecho y del Estado. El concepto de Derecho
es negativo ya que no contiene otra cosa que la negación de la injusticia que
es el concepto primordial, positivo y originario.
Las
nociones de justicia e injusticia sólo tienen valor moral porque se refieren a
la conducta del hombre en cuanto tal y no como ciudadano de un Estado, y son
nociones anteriores al propio Estado y a toda legislación positiva. Es
precisamente este valor moral el que constituye la base del Derecho natural o
«Derecho moral» como Schopenhatier prefiere denominarlo.
El
Estado nace para Schopenhauer de un pacto y su función es siempre negativa:
garantizar la seguridad de los individuos. El verdadero origen del Estado es
el egoísmo, pero no se instituyó contra el egoísmo, «sino contra las
desastrosas consecuencias que resultan para todos de la multiplicidad de los
egoísmos individuales». Según Schopenhauer el mejor y el único medio de ahorrar
a todos el dolor de padecer la injusticia es hacerles renunciar al placer de
cometerla.
En
definitiva, en relación con la diferencia entre la moral y el Derecho, mientras
que la moral sólo se refiere a la acción en sí misma considerada, el Derecho
otorga mayor relevancia a los efectos que tal acción produce, es decir, la
acción humana es considerada por el Derecho solamente en el momento en que se
exterioriza.
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