A pesar de su continuidad indiscutida en la cúspide de la riqueza económica, el poder militar y el predominio ideológico, o bien precisamente por la frustración de las expectativas suscitadas por ello; las interpretación más común del sistema internacional suele hablar de un declive de los Estados Unidos, incluso de un fracaso en cuanto a la gestión de su liderazgo frente los problemas mundiales: calentamiento global (negativa a firmar el protocolo de Kioto), proliferación nuclear (problemática respuesta a los desafíos nucleares de Corea del Norte e Irán, tras la utilización del argumento de las armas de destrucción masiva para justificar la guerra de Irak), terrorismo, incapacidad para responder a las crecientes demandas de resolución de conflictos en estados fallidos o crisis humanitarias (especialmente en África, donde la fracasada intervención en Somalia -1993- llevó a la no intervención en el Genocidio de Ruanda -1994- o en el Conflicto de Darfur -2003-); y un emperoramiento de su imagen internacional (antiamericanismo). Su propia opinión pública interna se caracterizaba (al menos hasta el 11-S) por una doble y contradictoria exigencia: la de intervenir en el exterior para solucionar todo tipo de problemas mundiales, y la intolerancia a asumir el riesgo de pérdida de vidas no solo propias, sino también del enemigo. Tales exigencias llevaron a una extremada tecnologización de la guerra y a todo tipo de cautelas mediáticas (la Primera Guerra del Golfo -1991- fue retransmitida en directo por la CNN prácticamente sin imágenes de heridos o cadáveres).
Los conflictos internos dentro de Estados Unidos, superada la fase más combativa de la lucha por los derechos civiles, se expresaron en un aumento de la actividad de grupos ultraconservadores y una preocupante difusión de la violencia grupal o individual (disturbios de Los Ángeles en 1992, masacre de los davidianos de Waco -1993-, atentado de Oklahoma City -1995-, atentados antitecnológicos de Unabomber -hasta 1996-, Masacre del instituto Columbine -1999-) denunciada por un famoso documental de Michael Moore.
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